sábado, 21 de mayo de 2016

Opinión: “Finito de Córdoba”, una forma de ser y estar en la vida y en el arte

finosanlucarLa Tauromaquia, en su categoría de arte sin igual y de ritual de características incomparables, siempre ha exigido a sus protagonistas que estén dotados de condicionantes superiores y especiales. En la Historia pocos son los casos de ese paradigma perfecto que rompe los moldes para volverse un caso único, especial y ejemplar.
Y eso es precisamente lo que ha sucedido con el Maestro Juan Serrano Pineda “Finito de Córdoba”. Que su personalidad, torería innata, su saber estar “en torero” dentro y fuera de la plaza lo convierten quizás en uno de los últimos espejos de lo más refinado, puro y asolerado de la Tauromaquia actual.
No es algo habitual en la Tauromaquia que el aficionado común pueda tener la suerte de acercarse a constatar de que humanidad están hechos sus ídolos taurinos. Desde ese punto de vista, me siento un afortunado porque el azar de esta, mi intensa pasión taurina, me brindó la oportunidad de acercarme a uno de mis referentes toreros, nada más y nada menos que al Maestro Juan Serrano “Finito de Córdoba”.
Esta oportunidad que me brindó la afición, sucedió en mi Ecuador natal en Diciembre del año 2015. Fue así, que por ocasión de un Festival Taurino, que con acierto y afición organizó el ganadero ecuatoriano Don Cristobal Roldán Cobo, pude concretar ese anhelo: conocer al “Fino” en persona y finalmente reconfirmar la máxima sentencia de Belmonte, de que “se torea como se es”.
Así, el Maestro Juan bajó con absoluta sinceridad de aquel pedestal taurino en que lo hemos puesto sus seguidores, para mostrarse más torero y con más verdad que nunca. No lo creía, pero era ese el Finito del traje blanco y oro de su alternativa en Córdoba, ese torero que me embriagaba de arte en mi infancia en los resúmenes y retransmisiones de Tendido Cero para América, ese que me hizo llorar a la distancia en su faena antológica en la México a un toro de “Reyes Huerta”; era ese Finito que me hizo romperme de sentimiento en la Feria de Quito de 1999 cuando se llevo a su casa más que los trofeos de esa Feria sino además el corazón de la afición de mi país. Era ese “Fino” de las más grandes e intensas tardes. 
Si, era el “Fino” el que estaba junto a mí y su trato era como su toreo: puro, cabal, sincero, elegante, con valores. El Maestro Juan desgranó con verdad sus saberes sobre el toreo, habló con pausa, sin esconder nada en aquella improvisada  tertulia taurina en Quito.
Pero el recuerdo se agrandaría días después al compartir tentadero con el Maestro, y todo se transmutó en un sueño. El halo de toreo grande lo impregnaba todo, y yo estaba ahí cerca, viviéndolo junto al “Fino”. De pronto, el Maestro en su generosidad me permitió compartir la becerra con él. Mi tensión era superior, el amago de unos ayudados por alto fue solo uno, luego la becerra apretó, y al instante al quite salió el Maestro Juan diciendo: “Cuidado, que este es uno de los míos”.
El ensueño de un tentadero especial seguía, hasta que en un arrebato final tomé un capote y ensayé, desconozco con que lucimiento, dos verónicas y una media que para mí valieron oro; porque acto seguido recibí el efusivo, sincero y emocionado abrazo del Maestro como si lo que hubiese hecho tuviera el valor del toreo más puro.
Este relato, quizá exageradamente personal, es el de una vivencia que transforma lo soñado en realidad, por la fuerza y el carácter de un torero con mayúsculas como Juan Serrano Pineda. Somos ante todo una forma de ser, y la forma de ser del “Fino” es la de como está en el toreo, con sinceridad, con entrega, con torería. Se torea como se es y la cercanía con el Maestro Juan me da la medida de su grandeza, de su humanidad y de sus valores.
Por eso el “Fino” no es un torero más, es la forma más auténtica de estar en el toreo. Y en la Tauromaquia solo se puede estar con torería, y eso es lo que le sobra al “Fino”, y es lo que más atesoramos de él los que de siempre lo seguimos.
Del Maestro se podrán decir muchas cosas, contar todos sus claros y oscuros profesionales, pero no se podrá jamás poner en duda  de que hablamos de un TORERO que nació con el don especial del sentimiento, el arte y el señorío. Y eso es lo que hace de “Finito de Córdoba” un referente entre los profesionales y un ser apreciado al extremo de la pasión por lo cientos de su incondicionales.
Ahora que se avecina la efeméride de la celebración de sus veinticinco años de alternativa, muchos queremos hacer justicia con las emociones incomparables que nos ha regalado el Maestro Juan a lo largo de su carrera, que no son más que el reflejo nítido de la personalidad de un TORERO DE CULTO.
El “Fino” nació torero y “en torero” deja la huella de su impronta en el mundo.
Christian Eduardo Franco Tomaselli
Quito (Ecuador), 19 de mayo de 2016
Foto: Paco Gallardo
MAESTRO FINO, ORGULLO DE CÓRDOBA


Andrés Lorite



           



          Maestro, no le desvelo nada si le digo que soy aficionado taurino desde la infancia, tampoco es una novedad para usted que le diga que he admirado siempre a una figura del toreo que, sin duda, es irrepetible, una referencia del toreo contemporáneo y un grande de todos los tiempos: "Finito de Córdoba". Quizá, eso de sentirse "finitista" tiene mucho que ver con un concepto de la lidia que se adentra en nuestra más pura esencia taurina, en una forma de entender el arte del toreo al modo que siempre se concibió en nuestra tierra y, por tanto, lleno de clasicismo, de finura, de pureza y de sobriedad. Esa es la esencia que en usted está viva, que hace vibrar apasionadamente a la afición y que todo lo inunda de ese arte puro. Pero, como usted sabe, en mi caso no sólo tuvo influencia esa visión conceptual clásica de la tauromaquia, sino que ésta estuvo acompañada por las palabras que aún resuenan en mi cabeza de la persona más influyente y determinante en mi vida. En multitud de ocasiones, tras aquellas tardes de toros en las que le habíamos visto protagonizando ese toreo eterno, ese que sólo es suyo, ese tan personal, ese que le hace único; mi madre me decía aquella frase que aseveraba el acierto que suponía la denominación "Finito", pues no conocía un matador de toros más fino ni más elegante que usted.



          Maestro, Córdoba entera conoce y admira la figura de "Finito de Córdoba", pero son pocas personas las que han tenido la oportunidad de conocer a Juan Serrano Pineda. Yo le agradezco a Dios que me haya permitido haber seguido la trayectoria y admirar al personaje, pero más aún haber tratado a la persona de cerca. Pero, ¿qué he podido apreciar en Juan, en la persona? Pues características que sólo un gran ser humano alberga en su interior como pueden ser la generosidad, la humildad, el trato delicado con los demás, la sensibilidad, la contagiosa ilusión vital, la pasión en todo lo que se hace y algo que le implica socialmente y le enraíza definitivamente con nuestra tierra: su gran amor a Córdoba.


          
¡Toreo de capote sin igual, tandas de naturales ejecutados de una manera sublime, esa mano izquierda que con la muleta se convierte en prodigiosa, toreo califal, cuántos momentos memorables, maestro Fino! Y en este punto llega usted a su máxima madurez artística, al cenit de su carrera, justo cuando se cumplen 25 años de su alternativa tomada en la Plaza de Toros de Los Califas aquella tarde del 23 de mayo de 1991. Su trayectoria de un cuarto de siglo como matador de toros se convierte ahora en unas bodas de plata con Córdoba y con la tauromaquia, ya que usted siempre ha aunado arte y cordobesía, llevando el nombre de Córdoba a gala por todo el mundo indisolublemente unido a sus lecciones magistrales de cátedra taurina. Por eso, maestro, por todo eso que le ha dado a Córdoba, esta ciudad le debe un gran reconocimiento del cual usted es justo merecedor a todas luces.


Córdoba sueña con verle el próximo sábado 28 de mayo vestido de luces en nuestra catedral del toreo, en el gran templo taurino de Los Califas, para después de hacer su elegantísimo paseíllo lidiar a 6 toros en una corrida histórica. Encerrarse con 6 toros en el coso de su tierra es un gran regalo que usted le hace a Córdoba y su afición que éste pueblo sabrá agradecerle. Allí se dará cita su gente para sentir, para disfrutar y para homenajear su estética y su clasicismo torero.


         
Como usted sabe bien, la tauromaquia es esencia cultural de España y en especial de Córdoba, esencia que usted ha sabido enaltecer, difundir y enriquecer día tras día. Gracias maestro, gracias por haberse hecho torero hace 25 años, gracias por ser uno de los más grandes de todos los tiempos, gracias por su pureza, su arte y su sobriedad; y gracias, sobretodo, por el gran amor que siempre le ha demostrado a Córdoba, llevándola en su corazón y en su nombre artístico. ¡Maestro Fino, es usted orgullo de Córdoba!
         

 Fotos: Jose Luis Cuevas

jueves, 3 de marzo de 2016

GALERÍA FOTOGRÁFICA  FINITO DE CÓRDOBA MONTORO 2015
POR: JOSE LUIS CUEVAS




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                  FINITO DE CORDOBA 
               MAYO 2015 " CORDOBA "
             POR: JOSE LUIS CUEVAS



JUAN SERRANO "FINITO DE CORDOBA"

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sábado, 27 de febrero de 2016


Cumbre de Finito de “Campo Pequeno”

finolisboa3Cuaja con gusto y clase a un buen novillo de Paulo Caetano

Más de dos décadas después, volvía Finito de Córdoba para torear en Lisboa, con motivo del festival benéfico a favor de la Fundacion L. Vida. El regreso del torero cordobés a “Campo Pequeno” no ha podido ser más grato, ya que ha cuajado una extraordinaria actuación ante un buen novillo de Paulo Caetano, al que ya de capa recibió con exquisitas y cadenciosas verónicas, rematadas con un recorte muy personal. Personal fue también la apertura de faena, con muletazos por alto al hilo de tablas, para posteriormente salir al tercio y rematar allí con su particular trincherazo invertido.
Dos tandas iniciales por el pitón derecho sirvieron para alargar del viaje del astado por ese lado, aplicando técnica y también, en varios muletazos, elegancia y estética. Al natural, la faena subió de tono, con una primera tanda larga y templada, rematada con trincherilla y pase del desprecio, que terminó de meter al respetable en el trasteo. Muy a gusto el torero, siguió firmando muletazos de enorme belleza, tanto al natural como con la diestra, rematando las tandas con mucho sabor. Despliegue de clase y torería de Finito en “Campo Pequeno”, que no se cansó de torear, incluso tras simular la suerte de matar con una banderilla, rematando una labor que el público premió con una cerrada ovación, puesto en pie. Ovación que siguió en la posterior y aclamada vuelta al ruedo.
Lisboa “Campo Pequeno”. Festiva. Dos tercios de entrada.
Ejemplares de Murteira Grave, Canas Vigouroux, David Ribeiro Telles, Luis Rocha, Paulo Caetano y Calejo Pires.
Antonio Ribeiro Telles: Vuelta.
Manuel Ribeiro Telles: Vuelta.
João Ribeiro Telles: Vuelta.
Víctor Mendes: Vuelta.
Finito de Córdoba: Vuelta.
Juan del Álamo: Vuelta.
Diogo Peseiro: Vuelta.
También actuaron los forcados de Santarém, Montemor (vuelta) y Vilafranca (vuelta).
Juan J. Espinosa
Foto: Prensa Campo Pequeno
REPORTAJE MAYO 2015 "CORDOBA"